If only we are excited or interested in the large, the large ads (which, on the other hand, almost always not materialize never), so anything we want.

Because any activity is made great efforts and sacrifices achieving small results, through anonymous heroes, who are what make things stringing beads one after another.


jueves, 6 de noviembre de 2014

14.2 VISION

El 4 de abril se conmemoró en los Estados Unidos el "Día de Martin Luther King", y sólo algunos periodistas radiales lo mencionaron, por el aniversario de la muerte (el asesinato) de éste lider negro en 1968.    Uno de nuestros más antiguos héroes de la pasada juventud.

Y utilizamos la palabra “negro” en lugar del eufemismo que se ha puesto de moda en su país: “afroamericano”.

Alguna gente lo tiene presente porque lee las efemérides diarias en Internet, o porque es del gusto de la gente de relaciones públicas, principalmente por poco conocimiento y porque es un ícono fácil, no tanto por lo que de icónico tuvo el discurso del cual se toma sólo su frase “…yo he tenido un sueño…”

Otros lo recuerdan porque desde entonces hasta Obama, fluye el trabajo y el martirio del apóstol de la no-violencia.

Entonces era el tiempo del “Flower-Power”, del “Hagamos el amor y no la guerra” y de “Woodstock”.

Por ello, a nosotros no se nos olvida, éramos jóvenes y recordamos donde estábamos cuando supimos la noticia, y también porque, de allá hasta aquí, en muchas ocasiones, a través de los años, y por décadas, también “teníamos sueños”.

Es una expresión mítica usada durante la “Marcha sobre Washington” del 28 de agosto de 1963, y decía que:

«…He tenido un sueño de que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el que no serán juzgados por el color de su piel, sino por lo que guarde su personalidad.

Ese será el día en que todos los hijos de Dios podremos cantar con un nuevo significado “resuene la libertad”

Cuando hagamos que la libertad resuene en cada poblado y en cada aldea, en cada Estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día en que todos los hijos de Dios, blancos y negros, judíos y gentiles, protestantes y católicos, podamos estrecharnos las manos y cantar con las palabras del viejo negro espiritual: ¡Libres al Fin!»

Se trata de un mensaje que al describir un “sueño”, o un “deseo” fuerte, lo que en definitiva, se acepta describe una “misión”.

Es por ello que la frase no puede ser considerada como un “objetivo”, y desde la perspectiva de nuestra disciplina, tampoco es una “misión”.

Se trata de “visión”, es decir etimológicamente, la percepción imaginaria de objetos irreales o que no existen en el momento presente, una alucinación, espejismo, o cosas que permite Dios ver a los profetas.

Según Simon en el nivel más alto de la organización, (Teoría de la Organización, Editorial Ariel 1961, pág. 215), los objetivos no son, sin embargo operativos; es decir que no existe acuerdo sobre criterios para determinar hasta dónde las actividades particulares o programas de acción contribuyen a alcanzarlos.

Con mucha frecuencia son de un nivel de generalidad que torna imposible convertirlos en guía de actividades detalladas o marco de referencia, en tal grado, que no existe forma de definir con que instrumentos se medirá su avance.    No son otra cosa que Sueños”.

Es en ésta línea de los anhelos, probablemente que la Administración Estratégica” ha reservado para este concepto el nombre de “VISIÓN”, el que damos al “sueño” de Luther King.

A este respecto, Peter Drucker ha sostenido –en “La Gerencia, Trabajos, responsabilidades, prácticas, Editorial Sudamericana, 1973, Capítulos 6 y 7-, el concepto ya clásico según el cual, VISIÓN…

La “misión”, a la que en “T de O” se llama “objetivo” es “…mas o menos operativa…”, en tanto que “un programa se constituye en un grupo mas o menos independiente de actividades dirigidas hacia el cumplimiento” de aquel, al que se nombra ahora como “objetivo operativo”.

Como con el tiempo; ha pasado medio siglo desde la presentación de aquella obra, la ciencia procura unificar el lenguaje, llegando a definiciones más precisas y aceptadas, y la “visión” la que refleja mejor la índole de quimera no operativa.

La misión semioperativa y el viejo “objetivo” es lo que antes convocábamos sin dificultad bajo la denominación de “objetivo operativo”.

Esta cuestión de la “misión, visión y objetivos” no es una teoría, es la opinión de un autor que obtuvo, eventualmente, el premio Nobel.

Así, uno puede pensar que, una vez establecida una teoría; considerando como tal, no solamente lo que represente meras especulaciones, sino incluyendo nada más que asuntos que han sido razonablemente demostrados de modo independiente usando evidencia empírica.


Y si se han verificado sus predicciones conforme la información disponible en un momento dado, la misma es plenamente aceptada en dicho tiempo, se forma un paradigma, que es reconocido con serenidad, admiración, y no con miedo.

Pero, lástima.    No siempre es así.

Resulta que los administradores y una parte de la docencia ha venido creyendo que el comportamiento del personal podía explicarse usando las ideas de Elton Mayo; en tanto que continuaban gerenciando las empresas con las premisas de Fayol y Taylor con cien años de antigüedad.

Eso no era en general nocivo para las personas mientras duró la prosperidad de la última década del siglo XX, y otras prosperidades.

Pero, claro, era nocivo, aunque se podía escuchar decir que en menor medida que respirar los gases del escape de un coche cualquiera que pasa por la calle.

Sin embargo, ya no es necesario continuar explicando estas contradicciones en nuestras clases, intentando apelar a esa vieja y horrible condición llamada racionalidad; que ya vimos al comprender a Simon y su racionalidad limitada.

Igual, muchos truhanes emprendedores ganan bonitas sumas vendiendo por las aulas y pasillos “píldoras contra tautologías”, diciendo que protegería a muchachos y muchachas contra los efectos perniciosos de la Administración.

En cierto modo no hay engaño, pues los compradores de píldoras no sufrieron daño alguno a causa de las divergencias, tautologías y contradicciones (ni por cualquier otra cosa relacionada con nuestra Ciencia).

Naturalmente tampoco las sufrieron quienes no tomaron ninguna de esas píldoras.

Lo que sigue ¡No es una píldora!    Trataremos un nuevo asunto.

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